En reconocimiento a su apoyo a la cetrería, Díaz Ayuso recibió el premio San Francisco de Borja, Duque de Gandía, de manos del presidente del Real Gremio de Halconeros.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado hoy un importante paso en la protección del patrimonio cultural y natural de la región. En un acto celebrado en la Real Casa de Correos, Díaz Ayuso ha declarado la cetrería como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Patrimonio Inmaterial. Esta declaración se enmarca dentro de un plan más amplio que incluye la aprobación en 2025 de la primera Ley de Caza de la Comunidad de Madrid, con un decreto específico que regulará la cetrería.
Durante el evento, Díaz Ayuso enfatizó la importancia de proteger y transmitir el patrimonio natural y cultural a las futuras generaciones. «Nuestra obligación es proteger el patrimonio natural y cultural que hemos tenido la suerte de heredar, para a su vez transmitirlo en el mejor estado posible a las futuras generaciones», afirmó la presidenta. La declaración de la cetrería como BIC y su inclusión en la futura normativa tienen como objetivo regular y proteger esta actividad cinegética milenaria.
En reconocimiento a su apoyo a la cetrería, Díaz Ayuso recibió el premio San Francisco de Borja, Duque de Gandía, de manos del presidente del Real Gremio de Halconeros, Antonio de Castro. Este premio es la primera vez que se concede a una personalidad. Además, el vicepresidente de la Asociación Española de Cetrería, Luis Mozo, entregó a la presidenta una caperuza con más de 10.000 puntadas realizadas a mano, un símbolo de la dedicación y el arte que rodea a esta práctica.
Preservar un arte histórico
El reconocimiento de la cetrería como BIC, aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado mes de mayo, busca preservar un arte con una gran carga histórica, basado en el conocimiento de la naturaleza y el respeto a los animales.
La cetrería, que consiste en adiestrar aves rapaces para la caza, se enmarca dentro de las categorías de bienes culturales inmateriales que incluyen usos sociales, rituales, tradiciones orales y conocimientos relacionados con la naturaleza. Esta práctica conserva valores ancestrales transmitidos a lo largo de generaciones, con un vocabulario propio y un ajuar específico que le han permitido ser incluida por la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Originalmente nacida con un fin práctico, la obtención de alimento, la cetrería se ha convertido con el tiempo en una actividad lúdica y educativa. Además, se utiliza en aeropuertos de todo el mundo para controlar la presencia de aves en las pistas y evitar accidentes, y en el sur de la región para el control de fauna silvestre ante casos de leishmaniosis.
Una profunda vinculación con Madrid
La cetrería tiene una profunda vinculación con Madrid, que fue un enclave fundamental para el desarrollo de este arte de caza. En 1478, el rey Fernando el Católico, aficionado a la volatería, mandó alojar al Gremio de Halconeros Reales en lo que hoy es el distrito de Carabanchel en la capital.
El acto en la Real Casa de Correos reunió por primera vez a más de 50 aves en su patio, y contó con elementos del ceremonial propio de esta actividad cinegética, como la presencia de alabarderos ataviados con el traje del Escuadrón de Honores del Real Gremio de Halconeros, original del siglo XVII, quienes interpretaron varias piezas medievales relacionadas con la cetrería.