No se necesita un título en matemáticas para notar la disparidad en los números de Jude Bellingham. La temporada pasada, a estas alturas, había anotado 10 goles en 11 partidos. Sin embargo, esta temporada, su cuenta se mantiene en cero goles en nueve partidos. Algo no cuadra. ¿O sí?
Los periodistas españoles no han tardado en cuestionar el rendimiento del joven de 21 años, sugiriendo que sus compañeros de equipo lo han “eclipsado por completo” y que, aparentemente, ha “decaído”. A pesar de haber asociado su imagen con Adidas para lanzar las exclusivas botas Predator, Bellingham se encuentra bajo el escrutinio, y ya no es visto como intocable.
A pesar de las críticas, Carlo Ancelotti ha salido en defensa de su estrella, afirmando que Bellingham se ha vuelto “más importante” que el año anterior y que está “muy satisfecho” con su desempeño. El entrenador del Real Madrid no es del tipo que se deja llevar por las presiones externas.
Este martes por la noche, el Real Madrid se enfrenta al Borussia Dortmund, su eterno rival en la final de la Liga de Campeones de la temporada pasada y el club donde Bellingham catapultó su carrera. Este enfrentamiento se presenta como un momento propicio para reflexionar sobre su rendimiento y el camino a seguir. ¿Podrá Bellingham recuperar su forma y demostrar su valía en este crucial encuentro?
El papel de Jude Bellingham en el Real Madrid ha cambiado drásticamente, y ya no es el centro de atención en este plantel repleto de estrellas. Durante el verano, el club decidió poner fin a su prolongada búsqueda de Kylian Mbappé, tentándolo con un fichaje de 85,6 millones de libras y un salario neto de 12,8 millones de libras, el más alto del club, aunque inferior al que recibía en el PSG.
Con los derechos de imagen y otros acuerdos comerciales, se estima que los ingresos de Mbappé se acercarán a lo que el Madrid solía generar anualmente del Santiago Bernabéu antes de su renovación. Cuando se invierte tanto en un jugador, el panorama en el campo cambia radicalmente. En la final de la Supercopa de Europa contra el Atalanta, Mbappé lideró el ataque junto a Vinicius Jr. y Rodrygo, dejando a Bellingham en una posición menos prominente.
El joven inglés, que la temporada pasada jugó como número 10 detrás del delantero, ha tenido que adaptarse a una posición más retrasada, ocupando la banda izquierda en un centro del campo de tres. Allí ha estado la mayor parte de la temporada, operando en la sombra de Mbappé y Vinicius Jr., asumiendo un papel más defensivo.
Bellingham comenzó a notar esta frustración en su debut liguero contra el Mallorca, cuando le dijo al tridente de ataque: “Acabad los ataques porque el corredor está de puta madre”. Esta frustración se hizo evidente en la victoria por 2-1 sobre el Celta de Vigo, cuando hizo un gesto furioso y pateó el césped tras ver que Vinicius Jr. optaba por disparar en lugar de pasársela.
A pesar de que Bellingham a veces operaba por los flancos la temporada pasada, gozaba de mucha más libertad para moverse en el último tercio, en lugar de limitarse a esperar oportunidades. Carlo Ancelotti ha tenido que desmentir rumores de descontento, pero es claro que el ajuste de Bellingham a su nuevo rol ha sido un proceso complicado. La situación plantea la pregunta de cómo podrá el joven talentoso adaptarse y encontrar su lugar en un equipo donde la competencia es feroz.
El Madrid es vulnerable a los contraataques ahora que ha fichado a Mbappé, cuya lánguida forma de defender frustró al técnico Luis Enrique. “El día que no puedes atacar, necesitas ser el mejor defensor de todos los tiempos. Eso es un líder. Eso es Michael Jordan”, dijo Enrique mientras llamaba a Mbappé delante del equipo.
Bellingham cuenta con ayuda en el mediocampo del Madrid, pero suele ser la primera línea de defensa si un ataque falla. Esta temporada no se trata solo de irrumpir en el área, sino de anticiparse a los problemas y apagar los incendios antes de que se produzcan.
Esta temporada, su promedio de tackles por partido ha subido de 1,74 a 3, y sus intercepciones han aumentado de 0,70 a 1,22. Ya ha logrado 32 tackles y 13 intercepciones. Si comparamos eso con los 19 y 16 de Declan Rice, o los 21 y 16 de Moisés Caicedo, veremos que su papel es más el de supresor del mediocampo, más el de Bellingham de la era del Dortmund.
“Trabaja muchísimo, compite, lucha, se sacrifica. La verdad es que no ha marcado tantos goles como el año pasado, pero la sorpresa no es este año, la sorpresa fue el año pasado”, afirmó Ancelotti.
‘El año pasado marcó un montón de goles que nadie esperaba. Ahora, sigue ayudando mucho. El problema este año no es la falta de goles de Bellingham, siempre hemos marcado goles y siempre lo haremos, porque tenemos mucho talento en ataque. Para nosotros, ahora mismo, el trabajo que está haciendo es mucho más importante’.
Ante el Celta, Ancelotti incluso movió a Bellingham al lateral derecho porque sintió que había estado más expuesto en los últimos tiempos. Sus prioridades han cambiado.
Ancelotti no lo quiere tanto en el área. El jugador promedia solo 3,67 toques en el área rival por partido esta temporada, una caída considerable respecto a los 5,26 que registraba.
Este cambio se viene produciendo desde hace tiempo. Las cifras de ataque de Bellingham han disminuido desde enero y él mismo admitió en abril que su rol había cambiado.
“Creo que estoy haciendo un poco más por mi equipo, lo cual no me importa, pero tal vez pierda un poco de impacto”, dijo. “Habrá críticas, las aceptaré y trataré de demostrar mi valía”. Palabras proféticas.
Sin embargo, toda esta charla sobre mapas de calor y estadísticas no llega a la raíz de los intangibles. Bellingham no parece el mismo cuando lo miras. Se notó en la Eurocopa.
No es como si jugara de portero. Todavía tiene la oportunidad de llegar al área. Bellingham todavía tiene 1,53 tiros por partido, no tantos como la temporada pasada, pero suficientes para hacer mella.
El problema es que está lanzando disparos desde lejos. Su distancia media de disparo esta temporada es de 19,8 yardas, lo que lo sitúa fuera del área. La campaña pasada marcó algunos goles maravillosos, incluido aquel golazo contra el Barcelona, pero sin su rutina habitual de llegar a uno de los postes para rematar al primer toque, su contribución se verá afectada.
También hay un factor de salud en todo esto. Bellingham se dislocó el hombro el pasado noviembre y el club importó una órtesis, un dispositivo de protección, de Estados Unidos. Pidió dejar de usarla porque sentía que limitaba su respiración y movilidad, según The Athletic , pero ahora ha vuelto a ponerse la protección.
Para reparar completamente el hombro, Bellingham necesitaría cirugía, pero eso lo dejaría fuera durante dos o tres meses, según las fuentes de The Athletic.
También hay que ser indulgente con Bellingham por su cansancio. En la Eurocopa, se quejó de estar “absolutamente muerto”, lo que parece una circunstancia bastante prohibitiva.
Tras la derrota final ante España, explicó: “Es muy duro, con calendarios complicados y después reunirnos para el final de la temporada para un último torneo. Es duro para el cuerpo, mental y físicamente estás agotado. Pero por nuestro país queríamos darlo todo”.
El director de la PFA, Maheta Molango, dijo a Mail Sport durante el verano que Bellingham había jugado alrededor de cinco veces más minutos que David Beckham a la misma edad. Disputó 55 partidos con su club y su selección la temporada pasada.
No se le puede culpar por sentirse agotado, pero desafortunadamente las exigencias solo van a empeorar, así que es cuestión de aguantarse.
Y esa es la actitud que debe definir su próximo capítulo en el Real Madrid.