A los tres años sostuvo su primera raqueta de tenis y dieciséis años después tiene en sus manos el trofeo del US Open, un cheque de 2,6 millones de dólares y el puesto de número uno del mundo: es el más joven en conseguirlo.
El ascenso de Carlos Alcaraz a la cima del tenis mundial ha sido electrizante y comenzó en el pequeño pueblo de El Palmar en Murcia, España.
Su padre y su abuelo eran jugadores entusiastas (su padre incluso era director de una academia de tenis local), por lo que Alcaraz y sus dos hermanos tenían pocas opciones en cuanto a qué deporte elegir.
Nació en 2003, apenas dos años antes de que su ídolo Rafa Nadal ganara su primer Grand Slam, Roland Garros . Sus caminos se cruzarían por primera vez cuando Alcaraz tenía 13 años, posando para una foto juntos después de ganar una competición en el circuito junior de Rafa Nadal.
Alcaraz incluso llegó a expresar en ese acto su deseo de ser, cuando fuera jugador profesional, como Nadal.
En unas entrañables imágenes, Alacaraz dice: “Quiero estar entre los 10 mejores, pero hay que trabajar para conseguirlo. Mi ídolo es Rafa. Quiero ser como él porque entrena muy duro y lo da todo en los partidos y yo quiero ser como él”.
Lo ha vencido este año y lo ha superado ahora: además de ser el número uno mundial más joven de la historia, Alcaraz también es el ganador más joven de un Grand Slam desde el Abierto de Francia de 2005 de Nadal y el ganador más joven del Abierto de Estados Unidos desde Pete Sampras en 1990. Una compañía muy estimada, sin duda.
En 2019, el potencial de Alacaraz era bien conocido, pero aún así, contó con la grandeza de Roger Federer en Wimbledon y tuvo la oportunidad de enfrentarse al ocho veces ganador del SW19 en el torneo.
Subtitulando una fotografía junto al suizo, Alcaraz escribió: ‘Un sueño hecho realidad.
‘Ha sido un orgullo poder calentar en Wimbledon con el mejor jugador de la historia del tenis sobre hierba. Muchas gracias Roger Federer’.
Hasta ahora, el adolescente ha mantenido en privado gran parte de su vida fuera del mundo del deporte. Su supuesta novia, María Giménez, es de Murcia y también aficionada al tenis: juega en un club local y, mientras Alcaraz está lejos, conquistando el mundo, él sigue elogiándola cuando puede.
El año pasado, cuando Giménez compartió una foto de ella pegando un golpe de derecha en su Instagram, Alcaraz comentó en tono de broma: “¡La próxima vez seguro que me ganas con ese golpe de derecha!”.
No se cree que esté en Nueva York para el torneo de Alcaraz y aún no mira desde las gradas cuando él juega.
Es un gran fanático del Real Madrid, el famoso equipo de fútbol español, y estuvo en la final de la Liga de Campeones en el Stade de France para la contundente victoria de su equipo por 1-0 contra el Liverpool.
Alcaraz también conoció a los jugadores del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu el pasado verano, tras ganar la liga española, y posó con el trofeo. Pero ahora celebra con un trofeo mucho más importante.
Su rincón está liderado por su entrenador, Juan Carlos Ferrero, un jugador apreciado en su época que ganó el Open de Francia el mismo año en que nació Alcaraz, en 2003.
Trabajan juntos desde hace tres años, desde que Alcaraz tenía 16. Un comunicado de la academia de Ferrero describió entonces a Alcaraz como “la mayor promesa del tenis español actual”.
Se cree que está saliendo con María Giménez, que vive en su región natal de Murcia. A ella también le gusta el tenis y aquí se ve a Alcaraz bromeando con ella sobre lo fuerte que es su golpe de derecha que le ganará en un partido: “¡La próxima vez seguro que me ganarás con ese golpe de derecha!”, dice.
Quizás no fue la declaración más atrevida reconocer su potencial a los 16 años, pero pocos podrían haber anticipado que a esta altura sería el número uno del mundo.
Sus próximos pasos deben tomarse con cierta cautela. Tiene apenas 19 años y hemos visto a Emma Raducanu trabajar con cuidado para equilibrar la carga de expectativas sobre sus hombros después de la gloria del US Open del año pasado a los 18 años.
Pero fue la aparición de Raducanu, más o menos de la nada, lo que hizo que su historia fuera particularmente sorprendente. Alcaraz era el tercer favorito en Flushing Meadows y por una buena razón: su ascenso ha sido constante y sostenido.
“Todo gas y nada de frenos”, así describió la cuenta de Instagram del US Open su actuación después de la emocionante semifinal contra el favorito local Frances Tiafoe.
Fue casi correcto, y con un enfoque tan incansable en su juego, hará falta algo drástico para desplazar a Alcaraaz de la cima.
