El inicio de la temporada de La Liga del Real Madrid resultó en un empate, lo que evidenció la insatisfacción de Carlo Ancelotti. En la rueda de prensa posterior al partido en Son Moix, el entrenador italiano expresó su descontento al señalar la falta de armonía y claridad en su equipo. A pesar de que los jugadores blancos iniciaron el partido de manera positiva contra el Mallorca, su desempeño disminuyó con el transcurso del encuentro, lo que preocupó a Ancelotti debido al caos en el medio campo y la falta de capacidad para generar presión con eficacia.
El estratega italiano subrayó la importancia de mantener la cohesión en el equipo, algo que según él, no se vio en el césped balear. Los problemas comenzaron a surgir cuando los de arriba, liderados por Vinicius, Rodrygo, Mbappé y Bellingham, no lograron mantener la chispa inicial. El conjunto blanco, que había comenzado el duelo con dominio, pronto se fue diluyendo y acabó cediendo un empate ante un Mallorca que supo cerrarse bien en defensa.
Aunque Ancelotti intentó ajustar el equipo, no fue suficiente para recuperar el ritmo de juego que necesitaban para desatascar el partido. Ni la entrada de Modric en el segundo tiempo consiguió mejorar la circulación del balón, y los problemas en la construcción del juego se hicieron más evidentes.
Errores desde el banquillo
Parte del problema también recayó en las decisiones del propio Ancelotti. Repetir el once que venía de coronarse en la Supercopa de Europa ante el Atalanta resultó ser una apuesta arriesgada. Las piernas de los jugadores, visiblemente cansadas, no pudieron sostener el ritmo, y el técnico tardó en hacer los cambios necesarios para revitalizar el equipo. Jugadores como Arda Güler y Brahim no entraron al campo hasta bien avanzado el encuentro, mientras que figuras como Endrick ni siquiera calentaron.
Ahora, el técnico italiano tendrá una semana para analizar lo ocurrido y preparar el próximo desafío. El Real Madrid regresa al Santiago Bernabéu el domingo para enfrentarse al Valladolid. Aunque ha perdido una figura clave como Toni Kroos, la llegada de Kylian Mbappé ofrece una nueva esperanza para recuperar el equilibrio y el dinamismo en el juego que tanto se necesita.
A pesar del tropiezo, no hay lugar para el pánico. Ancelotti y sus jugadores aún tienen la oportunidad de ajustar su juego y volver a la senda del éxito. Lo que es seguro es que este Real Madrid todavía tiene margen para crecer y encontrar ese equilibrio que tanto busca.