La lesión abdominal y las súplicas de su familia: la última epopeya de Nadal

Fue una de las imágenes más dramáticas de la recta final de la carrera de Rafael Nadal.En la pista central de Wimbledon, Sebastián Nadal hacía gestos a su hijo para que saliera de allí. El rostro de su hermana, Maribel, reflejaba una profunda angustia. ‘Rafa, por favor’, se leía en sus labios. Su mánager, Carlos Costa, también le hacía señas desde la distancia para que acabara con el sufrimiento, para que abandonara el partido.

Eran los cuartos de final de Wimbledon 2022 ante Taylor Fritz, y el español, a mitad del segundo set tras perder el primero, mostraba el profundo dolor físico que le estaba provocando una nueva lesión. Esta vez, los abdominales le torturaban.

Llamó al fisioterapeuta del torneo, fue atendido en el vestuario e ignoró las súplicas de su palco.

Volvió a la pista para ganar ese set y luego remontó un 2-1. La carrera hacia las semifinales después de ganar el super tiebreak del quinto set en el All England Club fue la última epopeya de muchas en su carrera.

Dramática imagen que marca el principio del fin de la carrera de Nadal: su familia le pide que se retire en un partido que finalmente ganaría // CAPTURA DE PANTALLA – DEPORTES EN DIRECTO.

El propio norteamericano, en declaraciones a CLAY, explicó cómo fue jugar ante un Rafael Nadal lesionado.

“Sentí que desde el fondo, de derecha, de revés, todo era normal. Su movilidad también. Quizá durante un par de juegos pareció diferente, pero en el cuarto y quinto set estaba recuperando pelotas que normalmente mucha gente no recupera”, afirmó el jugador de 26 años.

Fue en el saque de Nadal donde Fritz notó diferencias, que curiosamente acabaron perjudicándole en lugar de darle ventaja: “Él empezó sacando a unos 30 kilómetros por hora más lento, pero sentí que devolvía mejor cuando sacaba más fuerte, porque me daba más ritmo. Cuando Rafa empezó a sacar más suave, yo tenía que entrar más en la pista y también tenía que ampliar mi swing de devolución porque tenía menos peso con el que trabajar. Me costaba más devolver con potencia y profundidad cuando su saque era más suave”.

Nadal estaba en Londres por primera vez en su vida en la carrera por el Grand Slam. Había ganado el más inesperado de sus grandes títulos en Australia después de que ese país despreciara a Djokovic, y cuatro meses después dominaba por 14ª vez en Roland Garros.

Pero se perdió la semifinal de Wimbledon ante Nick Kyrgios. “Probablemente será el partido más visto de todos los tiempos”, dijo el australiano en la previa del encuentro que no se produjo, antes de que el 22 veces campeón de Grand Slam anunciara su walkover.

Después de ese episodio, la colección de lesiones de Nadal terminó por acabar con él. Ganó solo cuatro partidos antes de regresar a Melbourne para defender su título. Allí sufrió con la cadera, y comenzó la incertidumbre sobre cómo se despediría del tenis.

Hasta este 10 de octubre a través de un video en sus redes sociales, donde anunció que su último baile llegará en noviembre, en la final de la Copa Davis en Málaga.

Sí, vivió un maravilloso momento en los Juegos Olímpicos en los que estuvo cerca de pelear por las medallas en el dobles junto a Alcaraz, después de ser la estrella principal de la ceremonia inaugural. Pero también se dio cuenta, precisamente ante Novak Djokovic, el rival al que más veces se enfrentó, de que no podía, o no debía, seguir siendo tenista profesional.

 

 

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