De una enorme importancia estratégica hace 2.100 años, el campamento ha sido localizado en esta pequeña población cacereña y contiene una gran estructura urbana en su interior
Desde tiempo inmemoriales, el término ‘breña’ hace referencia a una tierra quebrada entre peñas y poblada de maleza. Justo en los alrededores del término municipal de Talaván -a 32 kilómetros de Cáceres-, de 776 habitantes en la actualidad, afloran este tipo de terrenos que resultan ideales para la creación de fosos y sistemas defensivos para, desde su privilegiada ubicación, en plena Vía de la Plata y a la ribera del río Tajo, ejercer el control militar y económico de la zona.
Así lo atestigua el exhaustivo trabajo que desde 2020 realiza sobre el terreno un equipo de siete investigadores (especialistas en geofísica, geología y teledetección) liderados por el Instituto de Arqueología-Mérida (CSIC-Junta de Extremadura) en colaboración con la Universidad de Extremadura y con CICYTEX (Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura). Los resultados obtenidos hasta el momento acreditan la existencia de un “complejo y muy elaborado sistema defensivo” vinculado con la implantación romana en la Península Ibérica entre finales del siglo II e inicios del I a.C, en la etapa tardorrepublicana, hace aproximadamente unos 2.100 años.
En medio de decenas de olivares, algunos de ellos singulares y centenarios, se encuentra el conocido Cerro de la Breña, que contiene una voluminosa vegetación de matorral y monte bajo. Se trata de un terreno agrícola, donde muy pocos de sus propietarios se dedican ya a las labores del campo. En esta superficie de 3,5 hectáreas se ha podido confirmar la existencia de esta privilegiada fortaleza defensiva, un campamento desde el que sus habitantes dominarían todo el territorio, como explica el director del grupo de especialistas, Victorino Mayoral Herrera.
A falta de la certificación que llegará con el inicio de las excavaciones en las próximas semanas, los estudios han puesto al descubierto una extensa muralla de protección, una potente poza (ahora desecada) a cielo abierto, un doble foso protector ante los previsibles ataques del enemigo o los restos de fundición de hierro, que podrían proceder de talleres metalúrgicos.
De la misma manera ocurre con la aparición de fragmentos de ánfora o hasta alguna moneda (anverso de un denario de plata), muchos de ellos ya datados en su día (hay referencias en el siglo XVIII) como fragmentos cerámicos o vajillas de mesa, lo que induce a la existencia de “una importante estructura urbana, densa, bien definida, con casas y calles rectas y regulares, que confirmaría la existencia de un importante asentamiento romano vinculado a la etapa tardorrepublicana”, donde se multiplicaban las batallas internas en la república romana hasta la época de Julio César, con conflictos bélicos en toda la Península Ibérica.
“Desde esa posición y la construcción de un importante asentamiento de enorme importancia estratégica, se tendría un gran dominio visual del entorno hacia los flancos oeste y norte“, comenta el responsable del proyecto. Desde la fortaleza también se controlaría el paso hacia las sierras de Cañaveral y Mirabel, espacios clave para el acceso a la Meseta Central desde el oeste peninsular, como confirma Mayoral, en una época de importante crecimiento demográfico.
Los diversos y exhaustivos métodos utilizados por los investigadores se han realizado bajo la denominación de “arqueología no invasiva” mediante el uso de la teledetección y la prospección geofísica, incluido la utilización de drones equipados con diferentes tipos de sensores o un gradiómetro dotado con cinco sensores dentro de un proyecto de investigación que cerraría un triángulo de enclaves romanos en la denominada Alta Extremadura, incluyendo el “Cáceres Viejo”, en Cañaveral, y “Cáceres del Viejo”, una colina al norte de la capital cacereña, todos de una cronología similar.
“En este escenario de transición entre formas de ocupación netamente indígenas a finales de la Edad de Hierro, y el inicio de la presencia estable de los romanos en este territorio aparece el de Talaván”, comenta el experto, que agradece al Ayuntamiento “su inestimable colaboración, fundamental para que la investigación siga adelante”. La campaña de excavaciones determinará “con precisión” todos los importantes indicios geofísicos hallados del contingente militar para delimitar con exactitud la fecha concreta o el número total de militares y habitantes en la fortaleza.